En los últimos meses, la incertidumbre ha golpeado los métodos más comunes de la inversión inmobiliaria. Sin embargo, se propone un nuevo modelo de negocio que se proyecta como una excelente opción en tiempos de crisis y se especializa en ofrecer activos patrimoniales con alto rendimiento y bajo riesgo para sus inversionistas.
La clave está en el exitoso modelo de negocio, es llamado Pool de Rentas. Bajo la figura de fideicomiso, el inversionista se convierte en socio del proyecto y cuenta con un porcentaje de participación del desarrollo, por lo que recibirá una renta mensual equivalente a dicho porcentaje, con base en las unidades rentadas.
A diferencia de otros métodos de inversión, en el que el porcentaje de retribución es de 3% a 4% anual, En el Pool de rentas fluctúa entre 8 y 10%, más el valor de la plusvalía, lo que puede resultar en rendimientos compuestos de entre 16 y 18% anual
Con este modelo, los inversionistas pueden participar y convertirse en socios, dependiendo de su monto de inversión, por la adquisición de metros cuadrados del total de un inmueble, puede ser inmuebles de oficinas, comerciales, habitacionales, y usos mixtos, regido y controlado por una administración transparente y eficiente.
Los inversionistas interesados en bienes de renta, tienen la capacidad de adquirir un inmueble por m2, dependiendo del tipo de proyecto.
Los proyectos siempre contarán con dos componentes de rendimiento: rentas y plusvalía. Este último es el más importante, pues es el punto clave al momento de invertir en bienes raíces.
Cuando el inmueble comienza su construcción, se registra un régimen de propiedad en condominio, se escritura en las partes proporcionales de los socios y se inicia la promoción por parte de los administradores para la renta del mismo, lo que da como resultado un ingreso seguro para los inversionistas de acuerdo a la proporción y ocupación del inmueble como socio.
El gran secreto del modelo de inversión en pool de rentas es la profesional administración para el manejo de cuentas y elaboración del plan corporativo con los objetivos definidos.
- Comercializar el inmueble de forma controlada, evitando la competencia desleal entre propietarios.
- Establecer un comité técnico de toma de decisiones, el cual apruebe presupuestos, vigile los ingresos, determine importes estimados de renta, califique a los posibles inquilinos, etc.
- Llevar el control administrativo integral: cobranza, ingresos, egresos y repartición de utilidades, entre los propietarios correspondientes.
Los beneficios al inversionista resultan diversos. Al entrar a un “pool de rentas” se tiene seguridad de inversión y de ingresos, aun cuando el espacio no se encuentre rentado. Se reciben utilidades proporcionales del total de renta del inmueble, se disminuyen costos de mantenimiento, tanto fijos como variables, hasta en una tercera parte en comparación a los costos generados bajo un propietario independiente y, por último, desaparece la preocupación de rentar o administrar su inmueble, ya que será administrado por profesionales, quienes le otorgarán su cheque mensual y generarán una plusvalía considerable.
El concepto de “pool de rentas” resulta sumamente atractivo para el inversionista pequeño, mediano y grande, puesto que puede haber opciones de inversión con no mucho capital, obteniendo grandes retornos de inversión a corto y mediano plazo.
En conclusión, el pool de rentas es un negocio redituable, siendo de suma importancia que el desarrollo del mismo sea realizado por expertos en la materia y con un gran conocimiento de negocios inmobiliarios.